Vida Consciente

Camila Cortínez: "Cada acción cuenta"

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La directora de la ONG Te Protejo participó en diferentes organizaciones y agencias de publicidad, las cuales le permitieron entender que para lograr el éxito se necesita mucho amor, pero también estructura y disciplina. Hoy nos incentiva a preferir la cosmética libre de crueldad, e invita a más marcas a certificarse como Cruelty Free. Por: Carolina Palma F.

En su familia le inculcaron el respeto por el entorno, pero antes de entrar a la universidad vio un documental sobre el peligro que corren los animales en el mundo, y quiso aportar para su bienestar. Así, a los 18 años ingresó a un voluntariado al Comité Nacional Pro Defensa de la Fauna y Flora (Codeff); en total estuvo 7 años. Partió en el Centro de Rehabilitación de San José de Maipo, se encargó del apadrinamiento, y finalmente se desempeñó como directora. 

“Ahí me di cuenta del daño que hacemos a los animales. La mayoría de los que se recibían llegaban por tráfico. En ese tiempo me hice vegetariana y empecé a preocuparme de mis acciones diarias”, relata Camila Cortínez (32), directora de la ONG Te Protejo. Paralelamente estudió Diseño Industrial, aunque no le gustaba nada. Al salir empezó a trabajar en agencias de publicidad, involucrada netamente en el marketing y ventas por 7 años. Ese mismo know-how la ayudó a iniciar Te Protejo, una organización sin fines de lucro que promueve el uso de cosmética no testeada en animales y otras iniciativas de belleza y salud que sean respetuosas con el medioambiente y los animales.

Sabes cómo crear una organización. ¿Cómo evalúas el funcionamiento de otras similares? 

He trabajado en tres organizaciones y sentía que había mucho amor, pero falta ordenar el amor, encontrar la forma, ser estructurado. Además de Codeff participé en la Organización Ruta Solar, que trabaja en temas de energía renovables, y un mes y medio en una organización que se llama Peace Boat, un crucero que navega por el mundo con acciones de la paz.

Vemos a muchas organizaciones animalistas, ¿cuáles son las claves para que salgan adelante con éxito? 

Lo más importante es que cambien el switch de que una organización sin fines de lucro no se debería sustentar económicamente. Si no tienen gente trabajando pagada, no van a conseguir el impacto necesario. Es importante estar ciento por ciento dedicada, pero para eso necesitas generar ingresos y administrar los recursos como una empresa.

¿Cuándo llegó la preocupación por usar productos Cruelty Free?

Después de un año de ser vegetariana vi una nota en televisión sobre el testeo. Me puse a averiguar y me di cuenta de que la mayoría de las marcas que usaba testeaban en animales. No me iba a dejar de maquillar ni me iba a ir a una isla, así es que me puse a investigar más. Resulta que había organizaciones en otros países que certificaban marcas, y que esas se podían usar sin remordimiento. Nadie lo hacía en Latinoamérica, así es que estuve tres meses investigando a todas las marcas que se vendían en Chile, y concluí que sólo 10 estaban certificadas. Me cambié de a poco, publiqué la lista en una página de Facebook, y a mucha gente le interesó. 

¿Cuáles eran las barreras?

Había que lograr que a la gente no le diera miedo cambiarse de marca, pero respeto que alguien esté acostumbrada a un producto. Para ayudar en este proceso contacté a blogueras Cruelty Free para que subieran información a la web. Después de un tiempo conocí a Nicole, quien se hizo cargo de las comunicaciones, y luego a Daniela, a cargo de los voluntariados. Después de un año y medio la gente nos empezó a pedir que certificáramos nosotros; la verdad es que mostrábamos sólo marcas extranjeras que costaban carísimas acá, y la única forma de facilitar la compra era utilizar marcas nacionales, certificar nosotras. Replicamos el modelo de las otras organizaciones, y comenzamos a certificar. Ya llevamos 68 marcas.

Después formalizaron la organización...

Sí, después de casi dos años decidimos formar una organización sin fines de lucro. Éramos 15 personas, y ahí nos propusimos hacer una estructura que funcione para tener una oficina, contratar gente. Fundamos la organización el 2013. Después de tres años renuncié a mi trabajo para dedicarme sólo a esto y seguir con nuestros tres grandes focos: educación al consumidor, la certificación y ferias de Eco Belleza.

¿En Chile se testea?

En Chile no se testea en producto final, o es muy bajo el porcentaje, pero se testean en ingredientes. Para certificar una marca nosotros averiguamos –de todo el catálogo de productos– cuáles son todos los ingredientes y de dónde provienen. Revisamos entre 20 y 500 ingredientes por marca. Luego cotejamos con cada proveedor, cada ingrediente, para saber si efectivamente testea. Muchas marcas no tienen idea; algunas creen que no lo hacen, pero hago la investigación, y se enteran que sí lo hacen. 

A veces se piensa que si es Cruelty Free, es vegano. 

Sí, pero el término Cruelty Free sólo se refiere a que no testea en animales. Ahora, si alguien quiere usar productos más naturales o veganos, es su elección. Nosotros sí informamos qué marcas son veganas.

¿Crees que en algún momento termine el testeo?

Sí, ya hay 38 países que han legislado sobre el tema. Nosotros ingresamos una propuesta de ley al Congreso en enero de 2016, y estamos en una campaña Cruelty Free en asociación con Humane Society Internacional, donde potenciamos el conocimiento de la campaña. Ahora estamos con abogados haciendo lobby para hacer que la propuesta se discuta en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados. Creo que vamos en esa dirección a nivel mundial. Hasta China ha hecho ajustes a su regulación estos últimos años. 

Eres vegetariana. Una persona “animalista”, ¿tiene que ser vegetariana? 

No necesariamente. No me denomino animalista por esa visión radical que vemos a veces. Cada uno tiene que aportar dentro de lo que puede. Si uno elige la lucha del testeo sin animales, y come carne, es sumamente válido que ayudes en algo. No porque coma carne no voy a poder ayudar en un centro de rehabilitación.

De todas formas existe mucha crítica agresiva cuando una persona come carne o escoge otra forma de vida. ¿A qué crees que se debe? 

Cuando uno se vuelve muy empático con las causas, nos tendemos a volver muy pasionales. Queremos que todo el mundo se dé cuenta. Con los años entiendes que no todos puedes hacer todo. Qué rico que muchas personas no coman carne los lunes, o dejen de usar botellas plásticas. Nadie te está diciendo que te vayas a vivir a una isla. Si te regalan un maquillaje que no es Cruelty Free, no lo vas a botar, pero cuando tú compres, elegirás mejor. Cada acción cuenta. 

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