Perros y Gatos

Síndrome de Disfunción Cognitiva en gatos: Identifica los síntomas

Según la Asociación Americana de Medicina Veterinaria (AVMA, 2023), los gatos mayores de 11 años son considerados geriátricos y pueden requerir atención veterinaria más frecuente para manejar los problemas de salud que pueden surgir en esta etapa de la vida.

Gato, Ingewallu en Pexels
Gato / FUENTE: Ingewallu en Pexels

Es importante tener en cuenta que la edad en que un gato alcanza esta clasificación puede variar según su raza, genética y salud general, pero todos los gatos a partir de esta etapa son más propensos a desarrollar problemas de salud y, por lo tanto, requieren atención veterinaria más frecuente y un cuidado especial para asegurar su bienestar. 

Dra. María José Ubilla / Mestizos
Dra. María José Ubilla Mestizos

                                                                                                                                     Dra. María José Ubilla.

Los gatos gerontes pueden presentar una serie de cambios que pueden ser indicativas de su edad avanzada, tales como:

1. Cambios en la actividad: Pueden volverse menos activos, prefiriendo dormir más horas y mostrar menos interés en jugar.

2. Alteraciones en el apetito: Pueden experimentar cambios en su consumo de alimentos, ya sea comiendo menos o, en algunos casos, desarrollando un aumento en el apetito.

3. Problemas de movilidad: Es común que presenten dificultad para saltar, subir escaleras o realizar movimientos que antes hacían con facilidad.

4. Cambio en el comportamiento: Pueden volverse más más dependientes de sus tutores; también pueden vocalizar más y mostrar alternaciones de la conducta de descanso y sueño.

5. Problemas de higiene: Pueden descuidar su aseo personal, lo que puede llevar a un pelaje en mal estado.

7. Problemas de salud: Es más probable que desarrollen condiciones como artritis, enfermedades dentales, problemas renales o endocrinos.

9. Pérdida de peso: La pérdida de peso inexplicada puede ser un signo de problemas de salud subyacentes.

También, en los últimos años, ha aumentado el diagnóstico del Síndrome de Disfunción Cognitiva (SDC) que se trata de una condición similar al deterioro cognitivo en humanos y se considera equivalente felino al Alzheimer en humanos.

A medida que nuestros compañeros felinos envejecen, es fundamental que tanto las y los médicos veterinarios y las y los tutores estén atentos a los signos de este trastorno, que puede impactar significativamente en el bienestar físico y mental de los gatos.

Los síntomas del SDC pueden incluir:

• Desorientación: se ven perdidos en espacios familiares; pueden quedarse mirando las paredes o rincones, o no reconocer a personas o lugares.

• Alteraciones en el sueño: pueden dormir más durante el día y estar activos o vocalizar durante la noche (síndrome del "gato nocturno"), o también manifestar deambulación nocturna.

• Cambios en la interacción social: pueden presentar menor interés por el contacto social. También, pueden mostrar aislamiento o, al contrario, mayor apego repentino. Además, los gatos pueden parecer confundidos en su entorno familiar, mostrar menos interés en jugar o interactuar, y a veces, pueden vocalizar más de lo habitual. 

• Problemas con el uso del arenero: a veces defecan u orinan fuera de la caja de arena, sin causa médica aparente. También, pueden manifestar confusión sobre dónde está ubicada la caja.

• Ansiedad e irritabilidad: manifiestan reacciones exageradas y/o irritables ante estímulos comunes, pudiendo llegar a mostrar comportamientos repetitivos o compulsivos.

Para los tutores, es crucial observar cualquier cambio en el comportamiento de sus gatos y comunicarse con su médico/a veterinario/a si notan algo inusual. La detección temprana puede hacer una gran diferencia en el manejo de la condición y es muy recomendable abordarla con un etólogo/a clínico/a, quien propondrá un manejo adecuado para cada caso y familia, con la implementación de diversas estrategias que pueden ayudar, como la modificación del entorno adaptando el hogar de acuerdo a las necesidades físicas y mentales del gato, utilizando técnicas de enriquecimiento ambiental y, en algunos casos, tratamientos farmacológicos que pueden mejorar la función cognitiva. También, enseñará a mantener rutinas estables y ofrecer juguetes interactivos, que pueden generar importantes beneficios en el bienestar del paciente. 

El SDC no solo afecta a los gatos, sino también a sus tutores, quienes pueden experimentar frustración y tristeza al verlos deteriorarse. Por ello, es fundamental ofrecer apoyo emocional y recursos educativos a los tutores. La empatía y la comprensión son esenciales en el manejo de esta condición.

En conclusión, el síndrome de disfunción cognitiva en gatos es un desafío que requiere la colaboración entre profesionales veterinarios y tutores. Mediante el reconocimiento temprano de los síntomas y la implementación de estrategias adecuadas, podemos mejorar la calidad de vida de nuestros felinos mayores y asegurar que disfruten de sus años de "viejitos" con dignidad y confort.