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Cómo nos afecta la desertificación

Desertificación | Markus Spiske en Pexels

Se puede definir como el proceso mediante el cual la tierra se degrada como resultado de diversos efectos climáticos naturales y humanos, siendo el cambio climático producto de la actividad humana un factor acelerante.

La desertificación es uno de los problemas medioambientales más importantes que enfrentamos actualmente. Se puede definir como el proceso mediante el cual la tierra se degrada como resultado de diversos efectos climáticos naturales y humanos, siendo el cambio climático producto de la actividad humana un factor acelerante. Según la ONU, cada año desaparecen más de 24.000 millones de toneladas de suelo fértil. Se estima que a 2050 tres cuartas partes de la población mundial sean afectadas por la sequía, siendo las mujeres y las niñas de los países emergentes y en desarrollo fuertemente impactadas ya que sobre ellas recae la carga de la recolección de agua.

Dra. Karen Correa Basilotta UNAB

Los efectos de procesos de desertificación son abrumadores, como la pérdida de la cubierta vegetal impactando en las cosechas, el alimento para el ganado y llevando a la inseguridad alimentaria junto con la pérdida de acuíferos y disminución de las reservas de agua potable, entre otros no menos importantes. Económicamente, por ejemplo, el efecto de las sequías severas redujo el producto interno bruto de la India entre un 2 y un 5 por ciento; mientras que, en Australia la productividad agrícola total cayó 18% en el período de 2002 a 2010, sumado a esto los megaincendios en este país entre 2019 y 2020, resultaron en la pérdida de hábitat más dramática para especies amenazadas en la historia.

En Chile según el Reporte Nacional de Degradación de las Tierras, CONAF (2020), el 53% del país se presenta en estado de sequía y el 23% del territorio nacional se encuentra en estado de desertificación. En este informe se evaluaron indicadores sobre desertificación, degradación de las tierras y sequía. Se destaca que las tierras más vulnerables en el país son las que presentan déficit hídrico. La región de Coquimbo y la parte interior de las regiones de Valparaíso, Metropolitana y O´Higgins presentan altos índices de degradación. En las regiones del Maule, Ñuble, Biobío y Araucanía, el riesgo se mantiene elevado en las zonas interiores y del valle central, mientras que, desde Los Ríos hacia el sur, los riesgos se mantienen moderados a bajos.

Dentro de las principales causas de la desertificación se encuentran la deforestación, las malas prácticas agrícolas y ganaderas, los incendios forestales, la disminución de las precipitaciones, el crecimiento de las áreas urbanas sin una planificación consciente y la mala gestión de los recursos naturales como el agua.

¿Qué podemos hacer para prevenir la desertificación?

La resiliencia al cambio climático y los procesos de desertificación debe ser un objetivo y una responsabilidad compartida por todos. La ONU define el ODS 15 (Vida de ecosistemas terrestres), dentro de las principales medidas para abordar este objetivo se debe considerar una gestión sostenible de los recursos naturales en especial de los recursos hídricos y el uso del suelo. Para ello es necesario una concientización de la sociedad de las causas y los efectos de los procesos de desertificación y la transferencia y apropiación de este conocimiento para la definición de medidas acorde a las necesidades sentidas de cada región y comuna. Desde la implementación de prácticas agrícolas y ganaderas, la reforestación nativa, la evaluación de la calidad y vulnerabilidad de los acuíferos y fuentes de agua potable hasta el empoderamiento de las mujeres, los jóvenes, los pueblos y las comunidades locales para el cuidado y la preservación de sus recursos y su territorio.

Dra. Karen Correa Basilotta, Directora de Geología, Universidad Andrés Bello, Concepción.

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