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Soledad Onetto, Lek & Antu "Ellos han sido fundamentales para salir adelante"

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La periodista y conductora de Meganoticias habla del vínculo que tiene con sus perros y de Hashtag, su gato, quienes son su refugio en los momentos tristes que le ha tocado vivir.

La periodista y conductora de Meganoticias habla del vínculo que tiene con sus perros y de Hashtag, su gato, quienes son su refugio en los momentos tristes que le ha tocado vivir.

Por Isabel Pinto G.  Fotografías Gonzalo Muñoz

Soledad Onetto (46) hace un alto en su agenda para reunirse con nosotros en un parque y poder realizar las fotos. Llega junto a Lek y Antu, porque, como deben imaginar, es imposible salir con Hashtag. Se reconoce amante y respetuosa de los animales. Su primer perro lo tuvo cuando era niña, pero no tan pequeña, ya que su mamá quería que sus hijos fueran parte de la crianza, tenencia responsable y educación de Panco, un perrito Pastor Alemán. Cuando falleció, llegó Yavú, un Labrador negro, "con ese tuve una relación más intensa porque estaba más grande, entonces vas generando esa relación que tengo hoy con los perros. Después llegaron los propios, pero siempre me han gustado y les he tenido máximo respeto".

 "Lek es igual a mí"

Soledad quería un perro que la acompañara a subir cerros, por esta razón llegó Lek. "Es igual a mí, terrible (ríe), es muy divertido, muy parecido a mí. Es muy reservado, si bien le gusta compartir y disfrutar, le gusta ir al cerro, salir con los amigos, recibir gente en la casa, llega un momento en que quiere que todos se vayan. Es un perro que disfruta mucho sus momentos, sus espacios. No es un perro que esté todo el día pegado a mí, pero, así como le gusta mucho la gente y estar con nosotros, también le gusta tener momentos de soledad. Hay una cuestión que es muy divertida y todos se ríen, si bien disfruta mucho cuando viene gente a la casa, la familia, la casa se llena, lo pasa bien, pero llega un momento en que se para en la puerta y se echa, como diciendo "¡por favor váyanse!, llegó la hora de irse".

Agrega que, "es tremendamente inteligente, entiende el lenguaje, le dices: "trae el superhéroe", que es su juguete, y lo trae. Trae la bota, le preguntas ¿dónde está la mamá? ¿quién es la Olga? y entiende el lenguaje, sabe lo que le estoy diciendo. Me impresiona muchísimo, yo leí mucho, vi tutoriales, donde mencionan que (a los Border Collie) uno los podía entrenar, hay uno que tiene como 600 juguetes y distingue cada uno. No lo entrené, pero lo eduqué sobre qué hacer y qué no, él entiende todo".

¿Qué actividades realizan juntos?

Todo, va conmigo al baño (ríe). Vivimos juntos, para mí eso es súper importante, antes cuando estaba Yalito también, ellos son parte de la casa. Siempre está abierta para que ellos entren, salgan, vayan donde quieran. Salimos, vamos a la playa, al cerro, nos gusta mucho caminar libremente por los cerros, están acostumbrados a correr. Además, son parte de la patrulla de @recreocanchile, que son más que paseadores de perros, ellos van al cerro con un grupo de perros y es de la veterinaria que a ellos los ve desde chiquititos, la Elsita, lo pasan increíble. Siempre que hay un lugar donde los reciben voy con ellos, pero trato que sean lugares donde ellos lo pasen bien.

La convivencia con Hashtag

Soledad vivía sola con Lek y llegó a Mega un gatito que se instaló en el área de prensa. Se sentaba a la salida de una puerta donde había mucho tráfico de personas que pasaban con equipos. "Yo no tenía mucha onda con los gatos, por no decir ninguna, tampoco una aversión. Un día lo pasaron a llevar y llamé a la Elsa, la veterinaria, para contarle que me iba a llevar un gato que había en el canal, le pregunté que cómo veía las cosas con Lek. Me dio indicaciones, que los presentara a través de un vidrio, me dijo: es un perro inteligente, querible y él quiere mucho al resto así que lo va a aceptar. Fui a comprar una jaula, que te juro era para un hámster (ríe), no calculé. Me fui al canal, lo llamé, pensé que se iba a meter altiro y maullaba, no se quería meter, me ayudaron, hasta que lo logramos. Era como dónde va ese gato con esa jaula, porque cabía apretado, igual que en los monos animados. Llevé a Lek, para que se conocieran desde el principio; tenía un auto chiquitito, un Fiat, subí a Lek de copiloto, con su cinturón y abajo pongo la caja de Hashtag, el gato saltaba, la caja saltaba, igual que en los monos animados, Lek solo lo miraba, fue una terapia de shock".

Le había comprado una camita, juguetes y todo lo que podía necesitar, había preparado la presentación. Sin embargo, cuando llegaron a la casa "abro la jaula, y no vi más al gato, salió disparado. Me puse a llorar, llamo a la Elsa, para contarle que el gatito se fue. Me dice, tranquila, lo que pasa es que hiciste todo demasiado brusco, pero va a volver. A los dos días volvió y nunca más se fue de nuestras vidas". 

Nunca habías tenido relación con un gato ¿Qué te impresionó de ellos?

Descubrí todo, son súper observadores, tienen paciencia. Uno como ser humano debiese ser más gato que perro, se toman todo con tiempo, saben esconderse, vigilan a las personas, se acercan solo cuando es necesario. Sabe pedir comida, agua, aprendió todo, me encantó como se llevó con Lek, desde el principio siempre lo aceptó y estaban muy juntos. La otra vez revisaba unas fotos y estaban los dos en la cama conmigo, nunca le tuvo miedo, pero cuando llegó la Antu todo cambió, nunca tuvo esa relación con Hashtag y nunca la va a tener tampoco. Es una relación de respeto, pero hay que estar atentos, porque a veces le pega sus bravatas.

Antu

Soledad nos cuenta que Antu, llegó a la vida de Andrés, su pareja. Él estaba en la playa y ella se fue a echar a su lado como pidiéndole ayuda. "Se notaba que era una perrita de casa, pero estaba muy mal, tenía cáncer. Andrés la trató, fue su perrita, pero vivía en departamento, le dije que me la pasara, que conmigo iba a estar en una casa y que con Lek se iban a entender. El día que los presentamos se querían matar, pero de puros celos y ahora son grandes hermanos. Así llegó ella, también es adoptada".

Ella es más inquieta que Lek...

Es más independiente, no es una perrita que necesite estar mucho encima tuyo, ahora le digo que está más vieja y por eso quiere estar más conmigo. Si vamos de paseo nunca va con el grupo, pasea fuera de pista, ella siempre está atenta de dónde está el grupo, pero tiene su propio paseo, va por donde ella quiere. Es la perra perfecta para la playa, está vigilante, contigo, no intrusea la comida de la gente, es una perra muy cariñosa, pero cuando ella quiere, cuando ella decide que es hora de cariño, se funde. Tiene cosas divertidas, porque Lek se va a subir a la cama y ella altiro se apega a mi lado, como diciendo: "este espacio no lo vas a usar", es muy rica. Pero Antu llegó con Andrés, siempre ha entendido que él es su dueño, él la salvó y lo tiene súper claro.

Yal, el chiquitito abandonado

La historia no termina acá con respecto a su familia multiespecie. Un día estaba paseando en el cerro Manquehue junto a Andrés, Lek y Antu, "ellos siempre van adelante y se pusieron a ladrar, los fuimos a ver y estaba esta criaturita chiquitita abandonada, Yalito. Ellos lo miraban y él ladraba pidiendo ayuda. Lo agarramos y le dije a Andrés nos llevamos este perro: "¿lo adoptamos?", él me dijo que sí y lo llevamos. Era cachorrito, lo habían ido a tirar al cerro, mi niño, más lindo que un sol. Revolucionó todo, a estos dos también, siempre quería estar con nosotros, aprendí mucho de ese perro. Era maravilloso, siempre quería dormir en mis pies, se acomodaba y hacía un quejido de felicidad, si estaba cómodo hacía un sonido, una cosa muy extraña, muy vivo, administraba su condición de último de la manada", recuerda. 

Lamentablemente, Yal tuvo un accidente "lo atropelló un infeliz que pasó volando cuando nos cambiamos de casa. No conocía mucho el terreno, soy muy cuidadosa con ellos, pero no conocía mucho el barrio, parece que vio algo, salí corriendo porque vi que el portón estaba abierto, él salió detrás de la Antu y ahí un auto le pegó un golpe".

¿Cómo enfrentas la partida tan repentina?

Fue muy triste porque además estaba embarazada en ese tiempo, fue muy doloroso, fue de las cosas tristes de ese año, yo diría que de lo más triste. Después perdimos a nuestro hijo, que tiene otra dimensión, pero fue demoledor, muy triste, es de las cosas más tristes que me han pasado en la vida. Tenía la obligación de recuperarme más o menos rápido, no estaba en condiciones de pensarlo mucho, pero lo echo mucho de menos, todos los días. Tiene un altar en la entrada de la casa, donde está su foto, pero ha sido muy triste. Siempre me duele, además me dolió mucho, porque siempre he sido extremadamente cuidadosa con él y que le pasara eso. Siempre me preocupaba que no lo sacaran sin correa, si bajábamos en una calle tenían que estar con correa, siempre muy preocupada, pero bueno, quizás el destino era ese, que él nos acompañara solo ese tiempo.

¿A Lek y Antu les afectó su partida?

A ella sí, el día que Yal murió, fue súper impresionante lo que pasó con Antu. Yo estaba absolutamente desconsolada y además estuve abrazando a Yal horas, y el perrito ya estaba muerto. Debo haber venido con su olor, pero un olor distinto, me fui a sentar a la cama y ella no es una perra que esté encima de mí y no se me despegaba, se refregaba sobre mi ropa. Creo que supo que se había muerto... Te diría que fue un mes raro para todos, después nos pasó lo de nuestro hijo, que eso terminó de demoler todo, fueron unos meses extraños, pero ya hemos retomado la normalidad.

¿Ellos han sido un apoyo importante en esos momentos difíciles?

Siempre, no te dejan sola. Además, los perros tienen una cosa maravillosa que es la compañía silenciosa. Cuando los seres humanos nos acompañamos, por nuestra condición, tenemos la necesidad siempre de decir algo, no solo estamos, sino que tratamos de ayudar, de arreglar, decimos bueno, ya va a pasar, habrá otra oportunidad, y hay veces en que uno solo quiere que alguien esté callado al lado y esa es la función de los perros. En eso ellos han sido fundamentales para salir adelante y para todo.

La periodista les da un espacio muy significativo en su vida "son mi prioridad, mi preocupación permanente, que estén bien, cómodos, que estén acompañados, no son perros que les guste estar solos, jamás los dejaría solos por un período largo de tiempo. Ellos son todo, son animales maravillosos, no obligo a que la gente entienda y acepte la relación que uno tiene con ellos, que quizás sea más especial, sino simplemente que lo respeten, no me importa si les gusta o no. En toda esta discusión de hijos perros, no sé cómo ponerle, pero son mi mundo".

Al estar informada de la actualidad dada su profesión, tienes acceso constante a historias donde el maltrato y el abandono está presente. "Que no los maltraten ni amarren innecesariamente. Los perros no son el puchimbol de nuestros malos momentos, por el contrario, hay que refugiarse en ellos para sobrellevar los malos momentos de la vida, nunca una patada. El mejor consejo que les puedo dar es educarse, ver un tutorial, yo leí un libro antes de tener a Lek, no caer en la estupidez del diario con pipí, gritarles, nada de eso sirve. Los perros entienden con cambios de tono, palabras cortas, no hay que hacer pasar al animal por un estrés innecesario, y para eso uno tiene que aprender cómo se cría un animal".

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