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Médicos veterinarios y tutores: Colmevet hace un llamado a mejorar la comunicación

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El Colegio Médico Veterinario (Colmevet) lanzó la Campaña "Con violencia no hay trato: No más agresiones a las y los médicos veterinarios", que busca visibilizar esta problemática y sumar actores para rechazar hechos de violencia y funas. Así también, educar y mejorar la relación de confianza y comunicación entre estos profesionales y los tutores de animales.

El Colegio Médico Veterinario (Colmevet) lanzó la Campaña “Con violencia no hay trato: No más agresiones a las y los médicos veterinarios”, que busca visibilizar esta problemática y sumar actores para rechazar hechos de violencia y funas. Así también, educar y mejorar la relación de confianza y comunicación entre estos profesionales y los tutores de animales.

Según los datos recogidos de la 1° Encuesta Laboral del Colegio Médico Veterinario de Chile (Colmevet), las funas y/o agresiones a médicos veterinarios son un problema transversal en todo el país. Las cifras revelaron que el 57% de las y los médicos veterinarios señala haber sido agredido verbalmente por un cliente, el 22% ha sufrido funas en su lugar de trabajo y el 30% advierte haber sido atacado a través de las redes sociales. Las funas y agresiones perjudican la reputación profesional de los especialistas en respuesta a una supuesta mala atención, mala praxis o cobros que se consideran excesivos por servicios prestados.

María José Ubilla, presidenta nacional del Colegio Médico Veterinario, destaca que “lamentablemente en Chile, pese a que desde Colmevet, universidades, fundaciones, la Subdere, municipios y medios de comunicación, estamos trabajando en educar a los tutores sobre tenencia responsable, aún no existe una cultura real de lo que implica la tenencia responsable dentro de lo cual está prevenir patologías, hacer controles preventivos, satisfacer necesidades de los animales de compañía, para de esta manera poder tratar las patologías de manera oportuna y cumplir con las obligaciones que implica ser un tutor o tutora”.

Dra. María José Ubilla, presidenta nacional del Colegio Médico Veterinario.

La profesional explica que, si bien en algunas ocasiones pueden ocurrir negligencias veterinarias, tal como ocurren en la medicina humana, también se presentan distintas situaciones en que “los tutores no llevan al paciente en el momento oportuno para que reciba atención. Aunque los veterinarios los atiendan, no van a poder actuar de la mejor manera como lo hubieran hecho al inicio de la sintomatología. Muchas veces, algo que se considera por parte de un tutor como negligente no lo es, dado que el o la colega hicieron todo lo posible para resguardar la salud de ese animal. Atendieron lo que ese animal está padeciendo, pero al ser en un momento inoportuno -en el sentido de que quizás recibió la atención necesaria muy tarde- no se refleja en el procedimiento o tratamiento que está realizando el colega en una pronta mejoría o incluso, ya no hay posibilidad de mejoría, ya que a veces pueden ser patologías crónicas que no han sido tratadas. Además, al no ser reconocidos como profesionales de la salud y al no contar con acceso a todos los fármacos que se requieren para dar atención de vanguardia a nuestros pacientes, ni siquiera contamos con todas las herramientas necesarias para trabajar de la mejor manera”.

Urgencias veterinarias

La doctora explica que hay tutores que interpretan como negligencias cuando necesitan prestaciones relacionadas a urgencias veterinarias. Por ejemplo, “un paciente politraumatizado, producto de un accidente vial. Su esperanza de vida baja por el solo por el hecho de haber sufrido un politraumatismo y las personas suelen pensar que todo es sanable o tratable, quirúrgicamente resolutivo y no es así, es igual que en la medicina humana. Nosotros podemos ir al médico, éste puede tener la mejor intención y conocimientos ad hoc, pero hay muchos factores involucrados en la recuperación de un humano o de un animal”.

Cobros excesivos

La profesional explica que las personas llevan a los animales a la clínica y consideran sólo el valor de la consulta o de la hospitalización, pero al igual que en la medicina humana hay otros valores que se deben considerar. Por ejemplo, “tomar una muestra de sangre, analizar, hacer un hemograma, un perfil bioquímico, un análisis de orina, una ecografía, una radiografía, o el examen que se requiera para poder llegar a un diagnóstico adecuado o dar la mejor atención al paciente. Todas estas prestaciones se van sumando y finalmente tienen un valor total que a lo mejor la persona no había considerado inicialmente”.

Atención oportuna

María José Ubilla dice que también ocurren problemas cuando un animal presenta una enfermedad crónica. “El paciente ha estado por años con algún tipo de lesión en la piel, alguna secreción, una patología tumoral y pasan los años con este problema porque el animal sigue estando en buen estado de ánimo, no baja de peso, orina y defeca normal. Pero la patología empeora, llegan a solicitar atención veterinaria cuando una masa está muy grande, ya no se puede operar o ya no sirve implementar una quimioterapia o se implementa la quimioterapia, pero es un tratamiento invasivo, que, sumado a la salud comprometida de ese animal, no va a responder como se esperaría en una etapa inicial”.

Relación de confianza

Hay personas que ocultan información por temor a ser cuestionadas por los médicos veterinarios. “Hay tutores que llegan solicitando atención porque hay animales que han consumido drogas, por ejemplo, intoxicación con marihuana, cocaína, alcohol. Esconden esa información, porque en el fondo saben que actuaron mal y piensan que no es algo tan grave o serio y que puede pasar desapercibido. Esto impide que se les pueda brindar el tratamiento adecuado desde un inicio”, dice. 

Denuncias

La presidenta del Colegio Médico Veterinario explica que existen vías para denunciar posibles negligencias veterinarias. “Lamentablemente las funas en redes sociales o medios de prensa se han transformado en un espacio de “denuncias”, muchas de ellas ni siquiera tienen una denuncia oficial detrás; es decir, funas donde el problema no ha sido derivado a ninguna unidad competente, como Fiscalía o policías. Nosotros como Colegio Médico Veterinario contamos con un Tribunal de ética, en este caso, la vía de denuncia debiese ser esa, si es que el profesional que brindó la atención es colegiado, como Colmevet podemos hacer un análisis, un seguimiento a través de nuestros jueces titulares e instructores de este tribunal. En caso de que hubiese una negligencia comprobable se aplican las sanciones que tiene nuestro Código de ética, que pueden ir desde amonestaciones o sanciones, hasta la expulsión del Colegio Médico Veterinario”.

Agrega que las funas sin denuncia e investigación de por medio “lo único que logran es perjudicar la reputación de los profesionales, afectar a sus familias y al personal que trabaja con ese colega. Por lo que el objetivo de esta campaña ´Con violencia no hay trato´, es educar a la ciudadanía, que la información se masifique, llegue a los tutores y que tomemos conciencia que las funas o las agresiones verbales, físicas son sinónimo de abuso y maltrato, finalmente eso perjudica al médico veterinario, al paciente y al tutor”.

REGIONES

Sofía Apaoblaza, presidenta Regional de La Araucanía de Colmevet, comenta que en la región se han registrado “funas en redes sociales, páginas de Instagram que se dedican a funar a una sola clínica, agresiones físicas, verbales, hemos tenido casos bien complicados, dos situaciones en Temuco, donde personas se ponen afuera de la clínica veterinaria con pancartas funando, y otra situación durante una atención. Cuando estábamos en cuarentena, por el protocolo de la clínica para prevenir el COVID, no dejaron entrar a la tutora con el paciente y ésta agarró a carterazos al veterinario, le tiró la mascarilla encima y lo agredió físicamente. Incluso han hecho pedazos la entrada de una clínica. La gente está muy reactiva”.

Dra. Sofía Apaoblaza, presidenta Regional de La Araucanía de Colmevet.

La doctora menciona que las agresiones se dan en cualquier situación, no solo en un contexto de una sospecha de una negligencia, sino que también cuando la persona no está conforme con la atención y genera una funa. “La campaña ´Con violencia no hay trato´ surgió a partir de La Araucanía, porque hemos tenido varios casos, por ejemplo, una colega tuvo que sacar forzosamente a una persona de su clínica y ambos fueron detenidos. La agresión ha pasado de ser una funa en redes sociales a una agresión física y verbal que es insostenible”.

Profesionales de la salud

La especialista explica que existe una connotación diferente en la ley al agredir a un médico veterinario, ya que no son reconocidos como profesionales de la salud. “Los profesionales de la salud -reconocidos por el código sanitario- frente a una agresión en el contexto de clínica tienen más peso sobre la ley que en este caso, que sería reconocida como una agresión entre personas naturales. Entonces, también tenemos poco respaldo en ese sentido para hacer denuncias y poder llevar entre comillas un control de este tipo de agresiones”.

Así también, agrega que la negligencia médico veterinaria no existe en el código penal “porque no somos una carrera de la salud, cuando existe este tipo de disconformidades no puedes hacer una denuncia por negligencia o un juicio, sino que se hace por ley del consumidor generalmente. Nosotros como Colegio Médico Veterinario podemos guiar a la persona en cómo hacer la denuncia, porque también hay que tener ciertas evidencias, no es llegar y decir que fue una mala praxis y como no existe la negligencia veterinaria lo que tú tienes que probar es que no se te prestó el servicio por el que estás pagando”.

Educación

La presidenta Regional de La Araucanía de Colmevet dice que el “objetivo de esta campaña es educar a la población tanto a los tutores -dueños de mascotas- como a los médicos veterinarios para generar una buena comunicación y poder expresar bien a los tutores, ya que la mayoría de las funas finalmente son malentendidos. Se presentan problemas de comunicación tanto desde el médico veterinario como desde el tutor y eso genera un descontento en la persona que está recibiendo la atención, no siempre por supuesto. Hay casos excepcionales en que a la persona se le explicó todo y supo cómo iba a ser un procedimiento o un tratamiento y al no tener el resultado que esperaba se ofusca”.

Así también, “nosotros como médicos no podemos garantizar el salvarle la vida a un paciente porque es relativo, depende de muchos factores el que se recupere o no, y muchas veces no existen los recursos por parte de los tutores para poder hacer distintos exámenes. Es importante educar a la población para saber también qué esperar del médico veterinario, hay que tener en cuenta que las prestaciones de servicios no son iguales a los médicos humanos, ya que no tenemos, por ejemplo, la posibilidad de trabajar por Fonasa o ese tipo de condiciones que podrían bajar los costos de atención, eso no existe en medicina veterinaria aún”.

Regulación

Como el ejercicio de la medicina veterinaria no está dentro del Código sanitario no existe una estandarización de lo que es una clínica veterinaria, eso también genera, de alguna manera, que las personas esperen un servicio que no siempre se otorga. “Hay colegas que no tienen una clínica con atención las 24 horas y no cuentan con servicio de monitoreo las 24 horas y la gente espera que el perrito esté toda la noche monitoreado y no va a ser así. No hay un estándar o definición de qué es una clínica veterinaria, a veces las personas llegan esperando una atención que no se da. Por ejemplo, llegan con un perro de urgencia y no todas las clínicas atienden urgencia, no todos tienen la capacidad de atender una urgencia porque al menos tienen que contar con un ecógrafo y la posibilidad de realizar un examen de sangre. No tienen lo mínimo que debería tener una clínica para funcionar 24 horas y salvarle la vida a un paciente que llega a las 5 AM descompensado. Hay harto que trabajar en la medicina veterinaria, concientizar el ejercicio de la profesión y obviamente trabajar con la gente que todas estas cosas se pueden solucionar sin la necesidad de llegar a una agresión física o verbal, y menos a una funa”.

Tutores informados

La doctora agrega la necesidad de informarse sobre los servicios que presta el centro de atención veterinaria. “Hay clínicas que cuentan con un médico veterinario y van a la hora de colación, llegan a urgencia, el profesional no está, y se ofuscan porque no hay nadie atendiendo, pero es una clínica de atención primaria y no cuenta con urgencia. La persona se queda con la sensación de que nadie lo atendió y eso también genera una disconformidad. Generalmente los problemas son de comunicación y con una comunicación efectiva entre tutores y médicos veterinarios la gran mayoría de los problemas se solucionan. El objetivo de esta campaña es aunar fuerzas, todos buscamos lo mismo, nos une el mismo amor y lo que nosotros buscamos es que entre tutores y médicos veterinarios haya una buena comunicación por el bien de las mascotas”.

Más información sobre la campaña en www.colegioveterinario.cl/conviolencianohaytrato

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