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La historia del "Rucio Capucha"

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Este perro se hizo conocido por estar presente en las manifestaciones que se realizan en nuestro país, más aún cuando un video difundió el momento exacto en que fue alcanzado por el chorro de un guanaco. Su historia refleja los riesgos que corren los perros en las protestas.

Por Isabel Pinto G. Los manifestantes lo han denominado el heredero del Negro. Le llaman Rucio Capucha y es uno más de los tantos perros que viven en situación de abandono en las calles. Deambulaba en el sector de Plaza Italia, la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile y Bellavista. Cuando comenzaron las protestas, se acercó a los manifestantes, quienes le hacían cariño y alimentaban. Así empezó a ser visto en distintas fotografías junto a los de la ‘’Primera línea’’, frente a Carabineros y el carro lanza agua. Trinidad Alvear, estudiante de cuarto año de medicina veterinaria de la Universidad Mayor, es una de las fundadoras de VetSOS, agrupación que se formó con el fin de ayudar a los animales que se ven afectados durante las marchas. Ella nos cuenta que comenzaron a ir a las manifestaciones a buscar perros y un día se encontraron con el Rucio Capucha. ‘’Era uno de los tantos perros que atendimos. Cuando lo conocimos estaba bien, se veía como un cachorro. No encontramos ni un hogar temporal ni definitivo para él, así que lo íbamos monitoreando para ver cómo estaba. Al Rucio le encantaba perseguir el chorro de agua del guanaco y por eso siempre se podía ver con los manifestantes en la ‘Primera línea’. La gente le hacía cariño, le daban comida, agua, se sentía contenido por ellos’’.

Rucio Capucha

Impactado por el guanaco

Tras una manifestación, se viralizó un video donde se apreciaba cómo el chorro de agua del carro lanza agua lo impactó directamente. ‘’Lo sacó volando, lo fuimos a buscar y no lo encontramos. Durante esa semana, nos preocupamos de buscarle un hogar temporal y el día sábado, al salir del Metro Salvador, estaba durmiendo en la primera banca, al lado del 'Matapacos'. Se veía como si tuviera mil años, tenía la pata delantera derecha con una herida, cojeaba, no quería que lo tocaran, tampoco comer, estaba con dolor, súper reacio’’. https://youtu.be/FmwcMLG_bqU El Rucio fue trasladado a la Clínica VETS. La idea era que lo revisaran, vacunaran y desparasitaran, para poder llevarlo a un hogar temporal. Sin embargo, debido a su decaimiento, le hicieron una ecografía. ‘’Detectamos que tenía el vaso aumentado, una contusión pulmonar izquierda, él es bradicárdico, los latidos del corazón los tiene más bajitos, estaba cojo. Así que nos sugirieron dejarlo en observación por todo lo que tenía’’, explica Trinidad. Decidieron internarlo en la Clínica Veterinaria Alemana, ya que tiene convenio con su universidad. ‘’No podemos confirmar 100% que las lesionen hayan sido por el impacto del guanaco, porque entre que se difundió el video y que lo encontramos pasaron unos días; no podemos saber si fue eso, pero es lo más probable, porque en el video se ve que recibe el impacto en el lado izquierdo y la contusión la tiene en ese costado’’, agrega la estudiante de medicina veterinaria.

Rucio Capucha

Recuperación

El Rucio Capucha quedó internado. "Le pasaron suero, remedios, comida. Es súper mañoso, sólo le gustan algunos alimentos y tuvimos que adivinar cuáles. Al principio era súper indiferente, no nos tomaba en cuenta, ni nos movía la cola, no quería nada con nadie. Fui como tres veces seguidas a verlo a la clínica. Descubrimos que le gustaba un paté y con los días se empezó a recuperar. Esto fue un sábado (16 de noviembre) y lo dieron de alta el lunes’’, agrega Trinidad. Ya dado de alta, la fundadora de VetSOS lo llevó a su casa para tenerlo en observación. El viernes 23 de noviembre volvió a la clínica para ser castrado y luego partió a un hogar temporal, donde Trinidad iba a limpiar su herida. ‘’El 25 de noviembre lo llevamos a control, se había sacado un punto, estaba decaído, quedó hospitalizado para controlar una diarrea, que como es grado 1 se puede deshidratar muy rápido. No se ha recuperado 100%, pero está mejorando, le ha afectado el cambio de alimento. Antes quizás qué comía y ahora consume pellet. Estamos esperando que se recupere para que pueda irse a su hogar definitivo’’. El Rucio es muy inquieto, no le gustó que le pusieran ‘’el cono de la vergüenza’’ tras la castración. ‘’Estaba vuelto loco, ladraba porque no veía, porque es algo totalmente extraño para él, era otro perro, agresivo. Estaba incómodo, se sacó un punto, así que le pusimos un body de cobre para que le cubriera más. Ahí cambió, estaba alegre y movía su cola. Cuando lo tuve en mi casa, mi mamá se puso a regar y llegó corriendo a jugar con la manguera. Ahí descubrimos que le encanta el agua. Cuando ve el chorro, se vuelve otro perro, es como si tuviera más energía que nunca’’. Trinidad agrega que si bien es un perro muy indiferente, con los días empezó a formar un vínculo con ella. ‘’Es muy regalón, exquisito, demasiado rico. Como ha estado con cuidados, está más tranquilo. Comenzó a acercarse a las personas y saluda poniendo su cabeza entre las piernas para que le hagan cariño en el cuello y lo saluden. Tiene sus momentos, no le gustan los perros machos, ahí gruñe y ladra, pero hemos formado un vínculo, porque lo he ido a ver varias veces a la clínica. Estuvo en mi casa, así que no me hace nada y cuando le van a hacer un procedimiento, me pongo cerca de su cabeza para que se relaje’’.

No a los perros en las marchas

La estudiante de medicina veterinaria es enfática al decir que ‘’los perros no deben estar en las manifestaciones, ya que se someten a un estrés gigantesco. El mismo Rucio, cuando tiraban los petardos en las marchas, al sentirlos, saltaba, temblaba, se ponía histérico, y no sólo él; lo hemos visto en muchos perros que atendimos. Los gases lacrimógenos les irritan los ojos, las vías respiratorias, se desesperan, uno va a tomarlos y te muerden. El Rucio tiene historias de haber mordido a gente producto del estrés que tenía cuando lo iban a sacar. Además, el guanaco los saca volando. También hay perros a los que les han llegado varios perdigones. De hecho, el Rucio tiene heridas de rebote en la cara y en el lomo. Los perros no van a jugar y festejar, como algunas personas creen, les afecta el ruido. Con el mismo Rucio puedes ver en fotos cómo estaba en los primeros días, cuando se veía impecable, y después una imagen del día en que lo recogimos. Hicimos el antes y el después, para que la gente se diera cuenta del daño que le hacen las marchas a los animales’’, finaliza.

Una nueva vida

Al cierre de la edición de diciembre, de nuestra revista, el ''Rucio Capucha'' continuaba recuperándose y en busca de una familia. Afortunadamente fue adoptado y hoy tiene una familia. Si quieres seguir las historias del Rucio Copucha puedes hacerlo en su Instagram @rucio.capucha

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