Perros y Gatos

Perros y gatos ¿Es alergia o intolerancia alimentaria?

Se estima que cerca de un 24% de los perros con problemas dermatológicos tratados en clínicas veterinarias llegan por este tipo de reacciones. En el caso de los gatos, alrededor del 21% de los casos por prurito o picazón son diagnosticados con intolerancia o alergia alimentaria.

Perro rascándose, Purina
Perro rascándose / FUENTE: Purina

Lo primero es diferenciar los términos "alergia" e "intolerancia" alimentaria, los cuales suelen usarse como sinónimos, pero no son lo mismo. "Las alergias alimentarias ocurren cuando el sistema inmunológico de la mascota reacciona ante una proteína del alimento como si fuera una amenaza. Por otro lado, las intolerancias alimentarias no involucran al sistema inmune y pueden surgir hasta con la primera exposición al alimento", explica Masiel Gálvez, médico veterinaria de Purina.

Tanto las alergias como las intolerancias alimentarias suelen reconocerse por problemas dermatológicos o digestivos. Visiblemente, el más común es un prurito no estacional, normalmente generalizado en perros, afectando a sus oídos, pies, abdomen y rostro. En el caso de los gatos, se localiza frecuentemente en el rostro, cabeza y cuello. El rascado continuo producto de la picazón puede provocar incluso infecciones recurrentes de la piel o alopecia.

En términos digestivos, los alérgenos alimentarios suelen ser proteínas presentes en las dietas comerciales. En perros, los ingredientes que podrían estar asociados a estas reacciones son la carne de vacuno, los lácteos y el pollo, mientras que en gatos pueden ser la carne de vacuno, el pescado y los lácteos. "No quiere decir que estos ingredientes sean malos, sino que, si se les alimenta frecuentemente con ellos a lo largo de la vida, puede aumentar la probabilidad de una respuesta inmunológica de parte de las mascotas", agrega la experta.

¿Cómo identificar si tu perro o gato es alérgico o tiene intolerancia alimentaria? El diagnóstico más confiable se realiza mediante una dieta de eliminación, indicada por el médico veterinario, que consiste en administrar una dieta que no contenga la proteína de la que se presume la alergia.

Este tipo de dietas debe ser administrada dependiendo de los síntomas de la mascota y, para que sea efectiva, el tutor debe comprometerse a respetar las condiciones alimentarias. Si los síntomas desaparecen durante la dieta y reaparecen al introducir nuevamente el alimento anterior, se confirma el diagnóstico de alergia o intolerancia alimentaria.

Una vez que la mascota es diagnosticada, se debe mantener una correcta nutrición, respetando y evitando la exposición al alérgeno identificado o manteniendo una dieta hidrolizada.

"Las proteínas hidrolizadas son aquellas que se han dividido en fragmentos tan pequeños que no pueden activar una respuesta inmunológica, son más fáciles de digerir y absorben mejor los nutrientes. Las dietas con proteínas hidrolizadas no solo ayudan a controlar los síntomas, sino que también mejoran la salud digestiva y la calidad de vida de los animales afectados", concluye Masiel Gálvez.