Investigadores de la Universidad Johns Hopkins, Estados Unidos, estudiaron el comportamiento de los perros y detectaron que los canes son capaces de percibir las emociones por las que están atravesando los humanos que viven con ellos y tratan de revertir los sentimientos negativos.
Cuando perciben que sus humanos están tristes o angustiados hacen todo lo posible para ayudarlos a que se sientan mejor y levanten el ánimo.
Los animales buscan jugar, ladran o pueden romper un objeto con el fin de llamar la atención de sus humanos y conseguir que éstos se alegren.
Así también, si fracasan en el intento de levantar el ánimo de su dueño tienden a estresarse y comienzan a sentir el mismo dolor que las personas que los cuidan.
Los investigadores revelaron que los perros llegan a llorar y hasta a enfermarse si en la casa en la que viven hay una situación de angustia muy fuerte que no se resuelve por un largo tiempo.
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