Desde el Refigio Animal cascada explican que "ahora es cuando los loros, que hemos cuidado por años, deben empezar a descubrir un mundo nuevo, hacer sus primeros vuelos largos, encontrar comida, escapar de depredadores, habitar un nuevo espacio. Para todo animal este es un proceso traumático y difícil, por lo que como Refugio hacemos "liberación blanda", donde le abrimos las puertas de su recinto y ellos van saliendo poco a poco, con tiempo y tranquilidad".
Agregan que "nosotras seguimos proporcionando alimento y monitoreando a la bandada para asegurarnos de que están adaptándose de manera adecuada... hay algunos individuos a quienes les cuesta más y nosotras intentamos estar ahí para poder acudir a su rescate. Por ahora están todos bien... poco a poco van saliendo del recinto y volando libres, reconociendo el poder de sus alas al vuelo".
Son 45 loros que provienen de tráfico y cautiverios ilegales, que nunca han sido libres, pero hoy están descubriendo un nuevo mundo.