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Día Internacional de los Derechos de los Animales: del reconocimiento a la acción

Cada 10 de diciembre, en el Día Internacional de los Derechos de los Animales, se reconoce a los animales como seres sintientes y se promueve la importancia de respetar la vida de todas las especies.

Ternero, Pixabay
Ternero / FUENTE: Pixabay

 Este principio está respaldado por la Declaración de los Derechos de los Animales apoyada por la UNESCO y la ONU, que se resume en cuatro derechos fundamentales: el derecho a la vida, a la libertad, a no ser sometidos a sufrimiento innecesario y a no ser considerados propiedad.

Sin embargo, la realidad de la mayoría de los animales en todo el mundo es muy distinta. Desde las condiciones precarias en las que viven los animales en la industria alimentaria, la cautividad de millones para el entretenimiento en circos, zoológicos y acuarios, hasta el testeo en animales para cosmética e investigaciones científicas, y el tráfico ilegal de especies, a miles de millones de animales se les vulnera diariamente sus derechos fundamentales, ignorando su capacidad de sentir.

De la empatía a la justicia

En los últimos años, los avances científicos han consolidado lo que el activismo lleva décadas denunciando: los animales sienten. Experiencias de dolor, miedo, alegría o estrés son comunes a muchas especies. Sin embargo, su sufrimiento continúa siendo legalmente permitido en nombre del consumo, la moda o el entretenimiento.

Frente a este escenario, urge pasar de la empatía individual a la acción colectiva y política, impulsando leyes, políticas públicas y hábitos de consumo que reconozcan su valor intrínseco.

Acciones concretas para proteger sus derechos

1. Impulsar leyes y normativas efectivas

La Fundación Veg impulsa transformaciones concretas para avanzar hacia una sociedad que reconozca a los animales como sujetos de interés propio. Este año su trabajo ha sido intenso, logrando avances importantes como la aprobación de la sintiencia animal en el Código Civil de la Ciudad de México, el avance de la campaña No Son Muebles para el reconocimiento de la sintiencia animal en el Código Civil peruano, la presentación del proyecto que prohíbe las granjas de pulpos en Chile, y el inicio de la discusión del proyecto de ley que busca acabar con el sacrificio de pollitos macho y de las jaulas en batería para gallinas ponedoras.

Estos son hitos que desafían visiones centradas en el beneficio humano y abren camino a marcos legales que protegen a los animales por quienes son, no por el rol que se les asigna. "Cuando la ley reconoce que los animales importan por sí mismos, deja de ser aceptable tratarlos como recursos. Cada avance legislativo en la región nos recuerda que proteger sus derechos no es un gesto simbólico, sino una responsabilidad ética con el futuro que queremos construir", comentó Magdalena López, Directora de Campañas de Fundación Veg.

2. Elegir con conciencia

Cada compra es un acto político. Productos certificados con el sello V-Label aseguran que no se han utilizado ingredientes de origen animal ni procesos que impliquen sufrimiento. Hoy, más de 4.000 productos en América Latina llevan esta certificación, facilitando elecciones alineadas con la justicia hacia los animales.

3. Cuestionar el entretenimiento basado en cautiverio

El cautiverio —ya sea en zoológicos, acuarios o circos— niega el derecho a la libertad de los animales. Las alternativas educativas y tecnológicas, como los santuarios o experiencias inmersivas sin animales vivos, ofrecen nuevas formas de aprender y conectar sin vulnerar derechos.

4.Incluir a los animales en la agenda climática y social

El cambio climático y la crisis alimentaria son también crisis de derechos animales. Reducir el consumo de carne y lácteos no solo salva vidas animales, sino que contribuye a la justicia ambiental y a la seguridad alimentaria global.

Hacia un cambio estructural

Fundación Veg y V-Label Latam trabajan para que los derechos de los animales no dependan solo de la buena voluntad individual, sino que estén garantizados por políticas, mercados y culturas más justas. La protección animal es también una causa de derechos humanos, porque la forma en que tratamos a los más vulnerables —humanos o no humanos— define el tipo de sociedad que somos.