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7 de cada 10 millennials opta por tener animales en vez de hijos

Familia multiespecie | Taryn Elliott en Pexels

Los animales, especialmente perros y gatos, han ganado un espacio muy importante en las familias y se han convertido en parte integral de la vida de muchas personas. Incluso las generaciones más jóvenes han optado por no tener hijos y formar una familia multiespecie.

Las principales razones van desde la mayor libertad para viajar, trabajar y menores costos, entre otros. El denominado pet parenting es una tendencia en constante crecimiento.

Lejos de limitarse a los hijos humanos, el afecto maternal se extiende cada vez más a nuestros compañeros de cuatro patas. Un reciente informe de Honest Paws lo confirma, revelando que siete de cada diez millennials optan por tener animales en lugar de hijos. Este fenómeno refleja un cambio cultural significativo, donde el 72% prefiere la compañía de sus animales a la de un niño, y un 69% considera que su cuidado es más sencillo, marcando una nueva forma de entender los lazos familiares en la actualidad.

Dentro de los motivos porque optan por tener animales destacan menores costos, menos exigencias de tiempo, mayor libertad para viajar y trabajar, y una conexión afectiva sin formalidades. En un mundo donde los proyectos de vida se redefinen cada vez más, el pet parenting surge como una decisión consciente y definitiva, que trasciende la simple compañía para convertirse en un modo de vida.

Cuidar a los animales implica adoptar rutinas de salud preventiva, mantener al día su vacunación, realizar desparasitaciones regulares, programar chequeos veterinarios, ofrecerle una alimentación equilibrada adaptada a su edad y nivel de actividad, y promover su bienestar emocional con paseos, juegos y estímulos mentales que fortalezcan su calidad de vida.

El pet parenting consiste en aplicar estrategias de cuidado propias de la relación padres-hijos, reconociendo al animal como un miembro más de la familia, con deseos y necesidades específicas. Incluir medidas preventivas como vacunación, desparasitación y chequeos periódicos, es fundamental para garantizar una vida plena y saludable tanto para el animal de compañía como para su tutor. 

Para Camila Ahumada, especialista en derecho animal y activista, "optar por una familia multiespecie no solo me permite vivir en coherencia con mis valores, sino que también me brinda una conexión emocional profunda y un sentido de propósito. Esta decisión me ha dado una libertad valiosa para mi desarrollo personal y profesional, permitiéndome dedicar tiempo y recursos a causas que promueven la justicia y el bienestar animal. Al mismo tiempo, ser tutora de mis perritos implica un compromiso real y constante: convivir con ellos significa afecto, pero también responsabilidad. Organizo mi vida considerando sus necesidades físicas, emocionales y sociales, desde los paseos diarios hasta su salud y bienestar general. Mi elección es también una forma de activismo: al visibilizar y normalizar las familias multiespecie, contribuyo a cuestionar las estructuras tradicionales y a promover una sociedad más inclusiva y compasiva. Creo firmemente que el amor no entiende de especies, y que nuestros animales merecen ser reconocidos como miembros plenos de nuestras familias y dejar de ser cosificados".

Lejos de ser una moda, el pet parenting está transformando nuestra sociedad al redefinir los vínculos afectivos y cuestionar los esquemas tradicionales de maternidad y paternidad. "Estudios internacionales muestran que un alto porcentaje de millennials elige convivir con mascotas, y en Chile esta tendencia se refleja en la creciente demanda de servicios personalizados para el cuidado animal. Ante este escenario, las marcas de salud animal y las clínicas veterinarias nacionales han adaptado sus ofertas para incluir planes integrales de cuidado, capacitación y asesoría a los tutores", explicó Diego Pincheira, veterinario de Zoetis Chile.  

De acuerdo con José Binfa, abogado máster en derecho animal y sociedad de la Universidad Autónoma de Barcelona, el pet parenting y el concepto de familia multiespecie conlleva ciertos desafíos a nivel normativo. "Esta tendencia no solo implica afecto y compañía: significa asumir una responsabilidad ética y legal. Ser tutor o tutora de un animal es cuidar su salud, su bienestar emocional y su seguridad, pero también cumplir con obligaciones concretas: identificarlos y registrarlos según la Ley de Tenencia Responsable, mantener su vacunación al día, evitar su reproducción descontrolada y protegerlos frente a cualquier forma de maltrato o abandono. Por otro lado, nuestras leyes aún no logran incorporar de forma plena este nuevo tipo de vínculo, pues la legislación chilena sigue anclada en una visión patrimonial de los animales, lo que limita su reconocimiento como sujetos de cuidado dentro del núcleo familiar. Avanzar hacia un marco legal que proteja efectivamente estos vínculos es fundamental para una sociedad más justa y compasiva", señala el jurista.

En definitiva, el pet parenting no sólo redefine las formas de afecto, sino que también invita a asumir un compromiso real con la salud y el bienestar de quienes consideramos parte de la familia. Al adoptar este estilo de vida, es vital que los tutores integren prácticas preventivas como la vacunación, la desparasitación y los chequeos veterinarios, así como una alimentación y estimulación adecuadas. Solo así podremos garantizar que la compañía de nuestros animales sea siempre sinónimo de salud, cariño y responsabilidad.

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