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Ley "No me abandones"¿Solución real al abandono?

(none) | Andreas Ebner en Pexels

Cada cierto tiempo, el Congreso de nuestro país se aboca a discutir proyectos de ley que prometen cambiar la dura vida de los animales. Actualmente, se encuentra en el ojo público el boletín N°17245-12 conocida como "Ley No me Abandones", la cual introduce modificaciones a la Ley 21.020 sobre tenencia responsable y se presenta con un mensaje potente: frenar el abandono endureciendo las penas y las obligaciones de registro de animales de compañía.

Durante este año, este proyecto llegó a la sala de la Cámara de Diputados y Diputadas, recibiendo una alta expectación por parte del mundo animalista, siendo postergada nuevamente su votación el pasado miércoles 4 de junio. Bienvenida sea la prioridad de abordar este tema, pues efectivamente este proyecto de ley ha visto una tramitación expedita frente a otras iniciativas que hoy duermen sobre protección animal, pero la letra chica deja flancos abiertos que amenazan con diluir el efecto práctico de esta reforma.

Las luces del proyecto

El proyecto parte de dos diagnósticos innegables:

El abandono como problema estructural. Tipificarlo con claridad, aumentar su penalidad, reforzar la persecución penal es un paso necesario para romper la impunidad en que la mayoría de estos casos quedan.

Un registro casi inexistente. De casi 12 millones de perros y gatos con tutor en Chile según estimaciones, solo un 27,4% está inscrito en el Registro Nacional de Mascotas, mientras otros 4 millones deambulan sin supervisión. A 8 años de su implementación, el Registro pareciera ser que no ha tenido el impacto de identificar tanto a animales de compañía (perros y gatos), como a tutores que existen en nuestro país.

Hasta aquí, estamos de acuerdo y sin duda se estima relevante abordar estas problemáticas, de las cuales día a día somos testigos desde las organizaciones dedicadas a la protección animal y que sin duda deseamos que tengan una solución y respuesta por parte del Estado.

No todo lo que brilla es oro

Tal como se ha adelantado, este proyecto de ley tiene flancos abiertos que impiden que tenga un impacto real frente a la importante problemática que aborda. Así, cuando se habla de aumentar las sanciones, la moción simplemente equipara la penalidad del abandono de animales a los casos de lesiones graves y muerte, pero no toca el verdadero problema del sistema penal frente al maltrato animal: casi todos los imputados obtienen salidas alternativas o penas sustitutivas que se cumplen en libertad y que luego pueden eliminar fácilmente de sus certificados de antecedentes. Mientras no se limite el acceso a la suspensión condicional o las penas sustitutivas (remisión condicional o libertad vigilada por ejemplo), el aumento de penas quedará en el papel y la disuasión seguirá siendo marginal.

Por otro lado, el registro de condenados que crea si bien es una buena intención y recoge una demanda que lleva años en la discusión parlamentaria, el diseño de este es deficiente. Este registro, siguiendo la lógica de la Ley 21.020, sería administrado por el PTRAC (Programa de Tenencia Responsable), pero carece de normas relevantes para el funcionamiento de este registro, como, por ejemplo: ¿cómo se nutre de información este registro? ¿Las personas naturales o jurídicas pueden solicitar información acerca de si una persona se encuentra actualmente afecta a la inhabilitación para la tenencia de animales? Estos vacíos en la regulación son críticos, y pueden llevar al fracaso del mencionado registro.

Además, de lo anterior, la obligación dispuesta a las municipalidades a recibir y rehabilitar cada animal que un vecino "ponga a su disposición" también resulta problemática. La figura podría revivir a las antiguas perreras municipales: grandes "depósitos" de animales sin presupuesto estable ni personal suficiente, en las cuales imperaba la negligencia y maltrato animal. Diversos municipios carecen incluso de un encargado de tenencia responsable e imponerles este tipo de obligaciones, sin financiamiento, es una mala idea.

Por último, uno de los grandes ausentes en este proyecto de ley es la principal solución al abandono y la reproducción indiscriminada: esterilización obligatoria. Esta medida, hoy inexistente en nuestra legislación, es la única que podrá prevenir camadas no planificadas y futuros abandonos. Si deseamos atacar las causas del abandono, la esterilización obligatoria, acompañada de programas gratuitos, campañas educativas y desincentivo a la cría y venta de animales es el camino que deberíamos seguir.

Una invitación a mejorar

La "Ley No me Abandones" reconoce un problema urgente y visibiliza la necesidad de actuar. Pero, sin medidas que ataquen las raíces de los problemas y sin recursos para las entidades que tendrán que hacerse cargo de esta problemática, corremos el riesgo de cometer los mismos errores que se cometieron con la ley de tenencia responsable, la cual también fue presentada como una solución a diversos problemas y, a 8 años de su implementación, se ha visto poco avance.

La Cámara de Diputadas y Diputados aún tiene tiempo para pulir esta ley e incorporar medidas que podrían ir en un buen camino para abordar esta problemática, como la esterilización obligatoria de animales de compañía, el desincentivo y prohibición gradual a la cría y venta de animales de compañía.

Si de verdad queremos mejorar la vida de los animales en nuestro país, legislemos con la vista puesta en las raíces de los problemas que hoy existen, con soluciones aterrizadas y no solo para generar titulares sensacionalistas.

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