Actualidad Animal

Último año de gobierno de Gabriel Boric ¿Ha cumplido en materia de protección animal?

Galgos libres | @jmvasquez.can @petsandroll

A más de tres años del inicio de su mandato y estando en el último año de gobierno, cabe preguntarse ¿Cumplió el gobierno de Boric sus promesas en esta materia? ¿Ha sido suficiente o insuficiente el avance durante este gobierno?

La victoria en 2021 del actual presidente Gabriel Boric Font, fue considerada por muchos como una oportunidad para avanzar en materias que se encontraban postergadas por la política institucional. Protección al medio ambiente, equidad de género e incluso protección animal fueron parte de la campaña que concitó el respaldo de organizaciones que se dedican a estos temas, incluso llegando a crearse un comando "Animalistas por Boric", y que también tuvo como hito la firma de un compromiso con la Fundación Vegetarianos Hoy (actual Fundación Veg) en el marco de la campaña "Vota por los Animales". 

José Binfa Archivo personal

Lo prometido: Los ejes del programa

Enfocándonos solo en el programa de gobierno de la segunda vuelta del presidente Boric en materia de protección animal y no en otros compromisos, se articuló en cuatro grandes líneas:

1. Tenencia responsable y animales de compañía: Se propuso rediseñar el Programa Nacional de Tenencia Responsable con énfasis en el control reproductivo, la prevención del abandono y el apoyo a organizaciones animalistas. Además, se anunciaron capacitaciones en esterilización veterinaria y contenidos pedagógicos para fomentar la empatía y el cuidado responsable desde la infancia.

2. Modificaciones legales y reglamentarias: Actualización de la Ley N°20.380 sobre protección animal, la Ley N°20.962 que aplica la Convención CITES, la prohibición del testeo en animales para fines cosméticos, el fortalecimiento del Comité de Bioética Animal (competencias y reglamento), modificación a la ley de caza para prohibición de caza de fauna nativa, el fortalecimiento de la educación continua para médicos veterinarios (Lex artis) y la formación escolar en convivencia respetuosa con los animales. Además, se comprometió a una actualización al reglamento de la Ley N°21.020 de tenencia responsable.

3. Medidas frente a la explotación de animales en trabajo y "entretenimiento": Reemplazo de la tracción animal por vehículos eléctricos, la reconversión de zoológicos hacia centros de rescate y rehabilitación, y un programa piloto de producción animal bajo sistemas "libres de encierro".

¿Qué dependía del Ejecutivo y qué del Legislativo?

Muchas veces se suele evaluar el cumplimiento de un programa presidencial distinguiendo si las promesas de campaña eran de exclusiva responsabilidad del ejecutivo o si requerían acuerdos en el Congreso. Varias de las medidas comprometidas eran perfectamente ejecutables desde el Ejecutivo, como el rediseño de programas, el nuevo reglamento de la ley 21.020 las capacitaciones, la incorporación de contenidos en la educación escolar y avanzar en un plan piloto de reconversión de zoológicos y superar la tracción a sangre. También, recientemente, se ha planteado que incluso las carreras de perros podrían ser una materia que el presidente mediante decreto podría prohibir sin mayores esfuerzos. Otras sí requerían trabajo legislativo, como las reformas legales, las prohibiciones explícitas o el fortalecimiento de organismos mediante ley.

Esta distinción es clave porque permite medir no solo el cumplimiento formal, sino también la voluntad política. Si las medidas de carácter ejecutivo no se concretaron, no puede culparse al Congreso. Y si las legislativas no avanzaron, también es válido preguntarse por el nivel de prioridad que el Ejecutivo les asignó y si es que se hizo algún esfuerzo al respecto.

Qué se cumplió... y qué no

En términos de lo que se cumplió, el gobierno aumentó los recursos destinados a esterilización del Programa de Tenencia Responsable (PTRAC) desde el primer año. También conformó una mesa de trabajo para crear una agenda legislativa junto a organizaciones de protección animal, lo que, al menos, mostró un esfuerzo a integrar a la sociedad civil en este ámbito y que ha servido para presentar urgencias a determinados proyectos de ley de interés, como la Ley Cholita que crea el registro de condenados y la ley que tipifica la zoofilia.

Fuera de lo anterior, el escenario es desolador: El gobierno en sus 3 años no ha presentado ninguna reforma legislativa en aquellas áreas en que prometieron cambios (leyes de protección animal y CITES); tampoco apoyó la tramitación legislativa de la ley que prohíbe el testeo de cosméticos en animales, avance que se logró gracias al impulso de la organización Te Protejo. Se ha tenido posturas erráticas en otros proyectos como el de caza de perros e incluso en la prohibición del rodeo, pues el Ministro de Agricultura ha apoyado públicamente esta actividad. Lamentablemente, la mesa política no tuvo el impacto esperado por las organizaciones y no ha habido ningún avance significativo de esta la tramitación de proyectos de ley.

También en aspectos que dependían exclusivamente de la voluntad del Ejecutivo hay bastantes vacíos: A la fecha no se ha reestructurado el programa PTRAC, el cual ha tenido un desempeño discreto, continuando la misma línea que ha tenido en gobiernos anteriores, y tampoco se ha iniciado la revisión del reglamento de la Ley N°21.020 sobre tenencia responsable, cuestión que a estas alturas pareciera ser que no ocurrirá.  

En cuanto a otros esfuerzos que dependen del Ejecutivo, como la reconversión de zoológicos, nos hemos alejado de esto, pues zoológicos como el Metropolitano han seguido la misma lógica de ver adquirir animales exóticos para la entretención, alejándose del propósito de ser un espacio para la rehabilitación y conservación de fauna silvestre.

De este modo, el cumplimiento del programa ha sido negativo, siendo insuficientes los esfuerzos del gobierno en el ámbito de protección animal.

Conclusión: Lecciones que el movimiento animalista no puede ignorar

Después de todo lo vivido, hay algo claro: Los compromisos en protección animal no se cumplen solos. Si no hay presión, seguimiento y exigencia, las promesas quedan en nada. El gobierno de Boric lo dejó en evidencia. Aunque hubo gestos y buenas intenciones, faltó voluntad real para empujar los cambios que se anunciaron.

Por eso, el movimiento animalista tiene un desafío clave: Mantenerse activo, fuerte y vigilante. Ya sabemos que cuando nos organizamos podemos lograr cosas importantes. Lo hicimos, por ejemplo, cuando frenamos la ley que buscaba permitir la caza de perros.

Lo que aprendemos de esta experiencia es que no es suficiente con estar presentes y sumarnos a las mesas de trabajo. Hay que hacerse fiscalizar, cuestionar, y no conformarse con lindas promesas. La justicia para los demás animales es algo que no nos regalarán: Se debe conquistar. Y para eso, el movimiento tiene que seguir creciendo, convocando y manifestarse hasta conseguir la victoria.

Imagen: Galgos libres - @jmvasquez.can @petsandroll

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