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Terapias alternativas en medicina veterinaria: Una vía complementaria para aliviar el dolor en animales

Terapias alternativas | Universidad Santo Tomás

Estas técnicas, que van desde la fisioterapia hasta la acupuntura, están siendo cada vez más utilizadas para tratar dolores crónicos, mejorar la rehabilitación postoperatoria y elevar la calidad de vida de perros y gatos.

En los últimos años, las terapias alternativas han ganado terreno dentro del mundo veterinario, no como sustituto de la medicina tradicional, sino como una herramienta complementaria que puede marcar una gran diferencia en la recuperación y bienestar de los animales. Así lo explica la académica Melissa Palacios, docente de Medicina Veterinaria de la Universidad Santo Tomás, sede Santiago, quien detalla las aplicaciones, beneficios y precauciones de estas terapias en mascotas.

"Estas terapias se han desarrollado en los últimos años brindando un apoyo terapéutico fundamental a las terapias convencionales. El objetivo principal siempre va dirigido a mejorar la calidad de vida de las mascotas y ayudar en su recuperación", señala la académica.

Entre las más utilizadas destacan la fisioterapia, indicada en casos de enfermedades musculoesqueléticas o en procesos de rehabilitación postquirúrgica; la acupuntura y la ozonoterapia, eficaces en el manejo del dolor crónico asociado a enfermedades osteoarticulares como la artrosis; y terapias como la homeopatía, el uso de flores de Bach o aceites esenciales, útiles para reducir el estrés o la ansiedad que puede provocar el dolor.

¿Cuándo se recomiendan estas terapias?

Las terapias alternativas pueden ser útiles en múltiples escenarios: desde el tratamiento del dolor crónico hasta la rehabilitación postoperatoria o la atención de enfermedades degenerativas como displasia o artrosis.

"Se implementan estas terapias en animales con dolor crónico, discopatías o que han sido sometidos a cirugía, como complemento a su tratamiento médico", detalla Palacios.

Eso sí, recalca que estas técnicas no reemplazan el tratamiento farmacológico tradicional, sino que lo complementan. "Permiten realizar un tratamiento más integral, e incluso en algunos casos ayudan a reducir el uso de fármacos en pacientes crónicos, siempre bajo la supervisión de un médico veterinario", aclara Palacios.

Evidencia y precauciones

La efectividad de estas terapias no es solo anecdótica. Existen diversos estudios científicos que respaldan su uso en animales con lesiones musculoesqueléticas o enfermedades dolorosas crónicas, mostrando mejoras tanto en perros como gatos.

No obstante, la experta advierte que no todas las terapias son aptas para todos los animales. "Hay que tener cuidado con posibles interacciones con medicamentos o enfermedades preexistentes que puedan generar efectos adversos, como reacciones alérgicas. Por eso, es indispensable que sean indicadas y supervisadas por un profesional", enfatiza.

Señales de alerta y recomendaciones

Entre las señales que pueden indicar que una mascota está experimentando dolor están el aislamiento, la irritabilidad, la pérdida de apetito, la disminución de actividad física o cambios en el comportamiento, como gruñidos o gemidos. En estos casos, una evaluación médica puede determinar si las terapias alternativas pueden contribuir a su bienestar.

"Lo principal es buscar orientación profesional antes de la implementación, ya que cada mascota es distinta y las terapias deben ser ajustadas a su diagnóstico y condición", concluye la académica.

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