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Amor animal: Historias de nuestros lectores

mujer y perro | Pexels

En el mes del amor quisimos conocer las historias de amor de nuestros lectores y sus animales. Cómo estos seres de cuatro patas han provocado cambios en sus vidas, colmándolas de compañía, alegrías y aventuras. Aquí les compartimos siete historias narradas por sus protagonistas.

Natalia y Aurora:

Soy una persona con ansiedad generalizada y social. Me fui a vivir sola a Santiago por temas de trabajo el año 2020, y en junio de 2021 me afectó mucho el anuncio del retroceso de fase (en pandemia). Tuve una crisis de pánico durante todo un fin de semana y me acordé de que en otros países existen los perritos de apoyo emocional y me puse a investigar. Fui a la psicóloga esa misma semana entusiasmada por tener la confirmación sobre los certificados para estos perritos. Al tener la información decidí adoptar uno, ya que realmente lo necesitaba, soy amante de los perros.

Natalia y Aurora Mestizos

 Encontré después de mucho preguntar en grupos de Facebook, una chica que tenía una camada con dos hembras, una loquilla y una más tranquila. Elegí la más tranquila ya que sería ideal. Quedamos en juntarnos, al día siguiente fui a buscarla y recibí una cosita chiquita y la persona me dice "es súper loquilla", dentro de mí quedé como "uuuh, creo que se confundió". Me la llevé y resultó ser una perrita muy loquilla -por algo pasan las cosas- me alegra cada día y en cada momento difícil. Al ser tan sociable se convirtió en mi conexión segura con las personas, ya que ella es la llega primero con su carisma y ternura. Es una perrita con un ángel muy especial que provoca felicidad a quienes la ven e interactúan con ella. Cambió mi vida, de estar sola a vivir en un lugar lleno de energía. Ojalá todo el mundo tuviera la fortuna de conocer a este ángel de cuatro patas.

Camila y Coto

Conocí a Coto y no fue amor a primera vista.  Sus cuidados y su locura me asustaron un poco. Cuando lo recibimos venía decaído, empezó con síntomas, lo llevamos al veterinario y el diagnóstico fue parvovirus. ¡Nos cayó como balde de agua fría! Su veterinario nos explicó que sus posibilidades de sanar eran bajas y nos dio un tiempo para despedirnos.

Camila y Coto Mestizos

Sus ojitos me miraban, y sentí la conexión, ese cachorrito era mío, él quería salir del canil y quería que lo tomara en brazos, que lo sacara de ahí. Supe, aunque solo llevaba dos días con nosotros, que mi perrito ya sabía que éramos familia. A los dos días, nos informaron que estaba mejorando y a la semana recibió el alta. Volvió a nuestra casa con la misma locura del comienzo, pero multiplicado por mil, la diferencia es que no teníamos dudas, ni miedos. Así que con mi marido nos unimos a su energía y la vida ha sido mucho más divertida y extrema. Y aunque a veces es agotador, no cambiaríamos a Cotito por nada, ya que se acabaría la diversión.

Génesis y Rudo

Hace aproximadamente 6 meses había fallecido el perrito de la familia, mi fiel compañero de estudio durante esos años de universidad. Por trabajo había cambiado de ciudad y la soledad de la pandemia me estaba afectando. Me di cuenta de que si no hacía algo la depresión me consumiría en poco tiempo, con un poco de miedo decidí adoptar un nuevo compañero. Tenía miedo de no lograr esa conexión tan única entre perro y humano, pero cuando me dijeron que había un perrito que buscaba un hogar no pude decir que no. Cómo podría negarme a cuidar a un ser tan pequeñito, así que acepté sin conocerlo.

Génesis y Rudo Mestizos

Era un mestizo, cuando lo fui a buscar lo amé inmediatamente, su compañía empezó a sanar mi corazón, la tristeza y soledad se convirtieron en risas y en rutinas para poder entrenarlo. Además, gracias a las redes sociales pudimos compartir nuestra alegría con muchísimas personas más y gracias a su amor, mi familia también decidió adoptar un perrito. Realmente llegó a cambiarme la vida, a devolverme la energía, la felicidad y a darme un motivo para salir adelante todos los días. Ya han pasado dos años y es la mejor terapia contra la depresión, es quien pase lo que pase me saca una sonrisa a diario, la mejor decisión de mi vida, mi mejor amigo, mi compañero, mi Rudo (@rudo_mestizo).

Daniela y Luna

Mi historia de amor con Luna comenzó apenas hace un año. En la búsqueda de un cachorro, que me hiciera compañía, ya que era mi segundo año viviendo sola, afrontando constantes crisis de ansiedad y entrando en una depresión. Había visto un cachorro y estaba esperando que fuera destetado para poder llevármelo. Antes de todo eso, había comenzado a seguir páginas de adopción de perritos, me puse a revisar y no lo puedo explicar de otra manera, me enamoré de una perrita de un año dos meses de vida. Mi Luna en realidad, se llamaba "Perla", el nombre se lo dieron en el refugio, ya que al llegar tenía una herida en todo el contorno de su cuello, parecía un collar.

Daniela y Luna Mestizos

Ella se encontraba con un grupo de jóvenes drogadictos que vivían en un sector de Viña del Mar, las voluntarias de la fundación la encontraron y le ofrecieron la oportunidad de esterilizarla (ya había dado a luz su primera camada). La operaron y tras una semana la fueron a ver para saber cómo seguía y hacer el retiro de puntos, pero la encontraron sola, colgada en un árbol y amarrada desde su cuello con alambre de púas, lo que generó grandes heridas y daños en su cuello, dejando una gran cicatriz. La retiraron del lugar y la ingresaron al refugio, donde pasó todo su proceso de recuperación, aprendió a socializar con otros perritos y finalmente se recuperó para poder encontrar un hogar. Luna ha sido todo para mi durante este año, hemos ido a distintas partes de la región, ama ir a la playa, ama a todos los humanos, entrega un amor que es único, es imposible no derretirse frente a esos ojitos. Es mi compañía, mi apoyo, mi distracción, mis ganas de cada día, mi felicidad.... Como le digo yo, es mi sol, mi Luna y todas mis estrellas. Es demasiado fotogénica y le hice una cuenta en Instagram (@Luniwi__).

Valeria y Fortuno

Nuestro Fortuno fue descubierto en un aviso de Twitter cómo "cachorro perdido" en plena pandemia cerca de nuestra casa. Después de intentos fallidos de "adopción" de algún perrito pequeño, me animé a decir ¡voy por él! Me encontré con un perro que, si bien era cachorro, era grandote, tanto como su amor incondicional hacia nosotros.

Valeria y Fortuno Mestizos Magazine

Lo vi y pensé "no era lo que esperaba", pero después de ver en las condiciones en las que estaba era imposible dejarlo: con dientes menos, lleno de mordidas, oreja con tajo, etc. Lo llevamos a nuestra casa, no era tan amigable al principio, pero nada que el amor y el tiempo lo convirtieran en el perro más mamón e incondicional que he visto.

Margarita, Era y Lúa

Esta es nuestra galgui historia de amor. Todo comenzó cuando adopté a Bauer, mi primer galgo, el 2019. Tenía 12 años, un viejito agradecido y con ganas de recibir mucho amor. Cinco meses después murió, su riñón dejó de funcionar. Creo que nunca había sentido tanta pena. Mientras lo dormían, lo abracé fuerte y le prometí que iba a transformar esa pena en amor, que iba a adoptar a todos los galgos que la vida me permitiera y que visibilizaría su raza para que los galgos puedan ser libres.

Margarita, Era y Lúa Mestizos Magazine

17 días después, llegó Era, una galguita preciosa de 8 meses, mi partner, mi amiga, mi todo. Hoy casi tiene 4 años. En septiembre de 2021, adopté a Lúa una galguita de 3 meses, una bebé que encontraron abandonada con su mamá y sus hermanitos. Hoy vivimos las tres felices, somos una familia multiespecie y estamos trabajando en un lindo proyecto para niños que nos ayude a visibilizar esta raza única, que cambia vidas. ¿Quién rescató a quién? Aún no lo sé, pero creo que ellas me rescataron a mí.

Angélica y Danka

Danka en checo, significa "regalo de Dios". Esta hermosa doberman llegó a casa cuando tenía un año. Nadie había querido recibirla antes en ninguna otra parte por temor a su raza. ¡Y eso que era una niña tan buena! En cuanto puso sus patitas aquí, le alegró la vida a nuestro anciano pitbull y a toda la familia. Seca para comer, agradecida de cada caricia y guardiana 24/7 de mi hijo pequeño y de la casa. Sacarla a pasear, era caminar por una pasarela llena de admiradores de su belleza y ternura.

Angélica y Danka Mestizos

Parecía no temerle a nada... hasta que llegó la gata Tita. Uuuh, sólo ver esos ojos la hacían temblar de respeto. ¡Era tan divertido como la respetaba, no se atrevía siquiera a mirarla! Le gustaban las zanahorias. Sacudir las mantas y las toallas como lo hace el cantante Rafael de España cuando cantaba "gavilán tío tío, gavilán tao tao". El 5 de enero de este año, sana, alegre y feliz, se fue a dormir... y no despertó más. No sabía que su raza tenía predisposición a muerte súbita. Agradezco que su partida fue sin dolor. Pero, por sobre todo, su alegría permanecerá en mi corazón para siempre. 

Angélica y Danka Mestizos

Foto de Anais Ruiz en Pexels.

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