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Perros tamaño pequeño: Problemas dentales grandes

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La periodontitis siempre comienza con una gingivitis. Podemos notar mal aliento, juguetes manchados con sangre, la encía de un color más rojo.

La periodontitis siempre comienza con una gingivitis. Podemos notar mal aliento, juguetes manchados con sangre, la encía de un color más rojo.

Por Andrea Poblete Pérez, vocera Colegio Médico Veterinario (Colmevet), especialista en Odontología Veterinaria

Cuando dejamos las casas con patio para vivir en departamentos, comenzamos a preferir perros de talla pequeña. Seguimos contando con el amor y compañía clásicos del perro en un tamaño más cómodo para nuestra realidad, pero surge un serio problema en su salud del que no estábamos acostumbrados: la enfermedad periodontal.

La enfermedad periodontal o periodontitis afecta a los tejidos que permiten que el diente se mantenga saludable en su lugar. La causa es la placa bacteriana que se acumula sobre el diente, y particularmente, debajo de la encía. Se va perdiendo la unión del diente al hueso, en un proceso infeccioso que puede durar años hasta que el diente se suelta y cae. El hueso se va perdiendo, la encía se inflama y/o se retrae. También puede haber cálculo dental (sarro) acumulado sobre los dientes en distinta cantidad, mal aliento, etcétera. Son años en que el perro sigue comiendo por supervivencia, pero sufre dolor, y su cuerpo va generando las secuelas de tener una infección crónica no tratada, como la comunicación entre boca y cavidad nasal, abscesos, problemas oculares, o incluso fractura de mandíbula. Además, afecta corazón, riñones, pulmones, complica enfermedades como diabetes, e incluso puede afectar emocionalmente a un perro que pasa de ser muy regaloneado, a ser rechazado por el mal olor de su boca.

La periodontitis siempre comienza con una gingivitis. Podemos notar mal aliento, juguetes manchados con sangre, la encía de un color más rojo. Si no intervenimos, la gingivitis progresa a periodontitis, y se hará necesario un tratamiento profesional y cuidados en casa para controlarla. Es una enfermedad crónica que requiere atención de por vida. El tratar esta enfermedad traerá muchos beneficios al paciente. El no tratarla, empeorará su salud y calidad de vida.

En los perros de talla pequeña esta enfermedad puede comenzar incluso antes del año de edad. Hay factores que influyen: mayor esperanza de vida, raíces de dientes más cortas, dientes más grandes en un hueso pequeño y frágil, dientes de leche retenidos, entre otros. Sin embargo, la evidencia actual apunta a una causa genética.

Todo tratamiento dental se debe realizar bajo anestesia general, y gracias a que existen médicos veterinarios especialistas en anestesiología, distintas modalidades y medicamentos que se ajustan a cada paciente, la posibilidad de contar con exámenes de sangre previos al procedimiento, es posible realizar estos tratamientos de forma mucho más segura, incluso en pacientes muy pequeños y/o muy viejitos.

Para prevenir esta enfermedad debemos remover la placa bacteriana diariamente con un cepillo pequeño extra suave (nunca usar pasta para humanos). También son imprescindibles los controles veterinarios para detectar precozmente la enfermedad, y si ya está establecida, tratarla, ya sea con destartraje y pulido coronario y/o radicular, cirugía periodontal y/o extraer los dientes más afectados, realizándolo a la edad que sea necesario y con los resguardos anestésicos pertinentes.

Los dueños de perros de tamaño pequeño debemos preocuparnos de su bienestar y salud, para que ellos sólo deban preocuparse de ser felices.

Foto de Anna Shvets en Pexels

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