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Productor de Seaspiracy exige a Biden cierre de granjas pesqueras industriales

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El cineasta Kip Andersen, productor del filme sobre la conservación de los océanos Seaspiracy, e Ingrid Newkirk, presidenta de PETA enviaron una carta conjunta al presidente Joe Biden para exigir el cierre de granjas pesqueras industriales.

Kip Andersen e Ingrid Newkirk exigieron que el presidente de estados Unidos, Joe Biden, anulase la Orden Ejecutiva 13921, que permite la proliferación de granjas industriales de pesca en el mar que, aparte de ser crueles hacia los peces capturados, dañan el ambiente de la población salvaje marina y oceánica. La orden ejecutiva de la era Trump también limita la revisión del desarrollo de estas granjas acuicultoras y deja la responsabilidad a los contribuyentes para buscar lugares en que se puedan construir estas granjas.

“La administración de Trump, al emitir e implementar la Orden Ejecutiva 13921, dejó en claro que la intención era reducir la carga en las operaciones de pesca comercial y que, en cambio, desplazaría el costo de planeación para dichas operaciones hacia los contribuyentes, además de reducir las revisiones regulatorias de los proyectos propuestos, pese al daño extenso hacia los peces y el ambiente marino”, manifiesta la carta. “Su administración ya ha tomado varias medidas para mantener, suspender o revertir las decisiones de la administración de Trump que arriesgan a la fauna y el medio ambiente. Lo elogiamos por esos esfuerzos y lo instamos a revocar la Orden Ejecutiva 13921 para poner fin a esta política dañina, con la intención de proteger a innumerables peces, otros animales marinos incluyendo aves, el sensible ambiente y, en potencia, hasta la salud de los humanos que sufriría daños significativos”.

Los peces se agrupan en condiciones arriesgadas que fomentan la propagación de parásitos y enfermedades entre ellos y otras poblaciones de peces que viven justo fuera de estas granjas acuicultoras. También se alimenta a los peces con dietas antinaturales, sufren lesiones físicas por el estrés y suelen morir asfixiados, esto porque no existen leyes federales de matanza “compasiva” que protejan a los peces. Aquellos que escapan a la población de peces en libertad —un incidente común que, generalmente, trae como resultado la liberación de miles de peces— representan algo problemático en muchas maneras, incluyendo la propagación de enfermedades y competencia entre alimentos de especies nativas. Además de desplazar y alterar hábitats salvajes y áreas donde se busca comida, se trata a los peces capturados con antibióticos que, en conjunto con el exceso de metales y suplementos utilizados en las redes de pesca, se filtran a los océanos y alteran los delicados ecosistemas marinos.

Seaspiracy, estrenada en marzo por Netflix, expone tanto los efectos dañinos de la industria global de pesca en los océanos del mundo, como también la corrupción como la que existe en certificaciones defectuosas de pesca sustentable y el trabajo forzoso en la industria del camarón. Tal como los filmes anteriores de Andersen, Cowspiracy y What the Health, el documental se unió al top 10 de la plataforma en 40 países.

El equipo de Seaspiracy continúa con el poderoso mensaje del filme a través de varias iniciativas. Además de exigir que el presidente Biden cerrara las industrias de pesca dañinas con el medio ambiente, el equipo pide a la administración designar y reforzar las zonas marinas de prohibición de caza en 30% de las aguas estadounidenses —actualmente, un 3% de las aguas está designada como zonas de prohibición de caza a pesar del hecho de que se pesca indiscriminadamente al 75% de la población de peces estadounidenses, informa vegnews.com.