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Juanita Ringeling: Su mirada sustentable

Juanita Ringeling 800 |

La actriz es conocida por su apoyo a causas medioambientales y su preocupación por la alimentación sana. Su vida se ha ido transformando con esos focos en mente y aunque actualmente vive en California, Estados Unidos, está muy conectada con lo que ocurre en nuestro país y sus causas.

Por Isabel Pinto G. Foto: Valentina Tagle. Maquillaje y pelo: Catalina Pérez. Ropa: Nostalgic.

Hace dos años que Juanita Ringeling reside en Los Ángeles, Estados Unidos. Siempre deseó vivir en otra parte, y se decidió por ese lugar porque cumple sus tres requisitos: una ciudad con mar como el chileno, donde se hablara inglés y que tuviera una industria donde pudiera seguir actuando.

La actriz sigue muy conectada con Chile, viene cada tres meses a cumplir diversos compromisos laborales. En esta última visita participó en la obra “Conejo blanco, conejo rojo”, una obra que tiene cada vez en escena a un actor distinto, quien no conoce el texto sino hasta que sube al escenario. ‘’Lo pasé muy bien, estaba nerviosa, pero mi propósito era pasarlo bien y así lo hice. Es una obra mucho más profunda de lo que imaginé, la sala estaba llena, así que me sentí muy querida’’, cuenta. Además, presentó su línea de barras de cereal “Soul Bar”, 100% cruda, sin azúcar añadida, sin sellos y vegana en tres versiones: Maqui-Chía; Semillas Ancestrales y Manzana-Canela.  “Estoy metida en el tema de alimentación hace mucho tiempo, la verdad es que me parecía muy injusto que la oferta nutritiva de Chile fuera tan pobre, tenemos el segundo índice de obesidad infantil más grande de Latinoamérica. Encontraba que estábamos muy al debe con estos temas y cuando Wild Foods me invitó a hacer esta colaboración, me hizo mucho sentido poder contribuir al mercado alimenticio en Chile y no sólo desde la posición de criticarlo, sino que contribuir con opciones para que los niños, las mamás y la familia completa puedan tener una opción saludable”.

¿Por qué es una barra crudivegana?

Mi principio de acción para hacerla, fue realizar una barra que en la lista de ingredientes no tuviera nada impronunciable, nada que haya que googlear para entender lo que es, porque eso ya no es comida, o sea, hidrogenado de monosacáridos, de no sé qué, estamos demasiado acostumbrados, casi anestesiados, aletargados al asumir que estas cosas no tienen ningún riesgo, de que está todo bien con comerlas y ni siquiera sabemos qué es. Estaba muy cansada de eso, y dije: “quiero una barra que sea totalmente transparente, que tenga ingredientes que sean comida, y para que no tenga ninguno de esos ingredientes impronunciables, no podían haber aditivos, conservantes” y finalmente, como resultado de esos requisitos salió una barra cruda y vegana compuesta de superalimentos.

¿Te preocupas de tu alimentación?

Sí, mi base alimenticia son las verduras, eso es lo que más compro y no es que coma puras ensaladas, como muy entretenido. Hay muchas cosas que se pueden preparar, desde el risotto de coliflor o arroz de coliflor, los tallarines de zapallito italiano, hay también noodles de algas. Me hago muchas verduras con tahini esa es la base de mi alimentación. No solamente me preocupo del plato que me preparo, lo que sea que compre, ya sea verdura, fruta, huevos, o alguna cosa más procesada, que también lo hago, sino que también me preocupo de la huella de ese alimento para atrás, de dónde provino y dónde va a terminar, que sea una huella lo más libre posible.

¿Eres vegana?

No soy ni vegana ni vegetariana, al momento de cualquier acto de consumo soy muy responsable, en informarme a quién le estoy comprando, a quién le doy mi voto de confianza, qué empresa, qué cadena de producción, de dónde salió ese alimento. Si la gente que trabaja para esa empresa está siendo tratada de manera justa, etcétera. En esa misma línea y siguiendo las causas medioambientales y sociales, el consumo de carne me parecía profundamente inapropiado, sobre todo porque la industria de la carne es una de las más contaminantes del mundo, con políticas de producción vergonzosas, así que dejé de comprarla. Mis papás viven en el campo, tienen gallinas y cuando me hacen de recibimiento una cazuela de gallina me la como, pero son ocasiones particulares, en las cuales agradezco profundamente a la persona que ha criado al animal, a la que lo cocina, y al animal mismo que uno está comiendo. Trato de consumir lo menos posible.

¿Qué consejos le darías a la gente para que tenga una alimentación saludable?

Hay que cocinar más en casa, disminuir los alimentos procesados, empaquetados y hacer de la cocina un momento entretenido, para compartir con la familia, los amigos.

¿Cómo nos alimentamos los chilenos?

Los índices de obesidad son bastante reveladores, tenemos uno de los índices de obesidad infantil, más altos de Latinoamérica. Están creciendo las enfermedades relacionadas a la alimentación de manera abismante. Creo que somos un país muy agricultor, tenemos el privilegio de tener todo el año distintas frutas y verduras exquisitas; nos hemos ido alejando cada vez más de la virtuosidad de estos alimentos y nos hemos sofisticado innecesariamente. Lo más rico es comer unos buenos porotos granados y unas humitas en el verano, unas tunas e higos en el invierno; la fruta de invierno me encanta y creo que la forma de conectarse más con la tierra es volver a comer las cosas de estación, lo que se produce en Chile.

¿Cómo es tu vida en Estados Unidos?

Tengo mi Visa, un agente, así que hago bastantes audiciones, es como ir a reuniones de trabajo todas las semanas. Estoy colaborando con muchas organizaciones medioambientales, acá y allá, escribiendo para ellos, hice un programa de viajes, ahora estamos produciendo otro. El proyecto de la barrita de cereal y trabajando en proyectos personales que tenía postergados en Chile, viendo cómo sacarlos adelante, ver si resultan y poniéndome muy estudiosa. Para trabajar con organizaciones medioambientales y con todo el tema de los residuos, con el tema alimenticio, uno tiene que mantenerse informada.

¿Por qué participas en causas medioambientales?

Hace muchos años que estoy relacionada a causas medioambientales y sociales. Creo que viene de haber crecido y haberme criado en Cachagua, en una familia súper compenetrada con la naturaleza. Tengo una gratitud enorme ante la libertad, la belleza y la grandeza de los espacios naturales y de las sociedades desarrolladas en este entorno. Mi gratitud ante esto desemboca en trabajar por preservarla, partió fuertemente cuando la comuna de Zapallar, que fue donde yo nací y crecí, se vio amenazada por un gran proyecto inmobiliario, esto fue hace 15 años y ahí partí trabajando con corporación Bosques de Zapallar y luego me empecé a dar cuenta que la lucha que yo tenía o que nosotros teníamos en mi comuna estaba en muchas partes  y empecé  a empatizar con distintas causas.

¿Estás participando en algún proyecto en particular?

Estoy trabajando con National Geographic Pristine Seas, junto a la comunidad de Juan Fernández para hacer un proyecto de manejo sustentable de desechos en la isla. Iniciamos las conversaciones con la comunidad para ver en qué estado estaban ellos en relación al manejo de los desechos y si bien hay mucho por hacer, hay una comunidad que está dispuesta a cambiar sus hábitos y empezar a construir o mejorar este aspecto. Nuestro sueño es transformar Juan Fernández en una isla ícono de la sustentabilidad, no sólo en el mar, que ya tienen un territorio muy avanzado con la pesca sustentable y con el parque marino, sino en la parte insular, con los bosques, con el manejo sustentable de desechos, poder llevar energía sustentable que es algo que está muy en deuda todavía en la isla.

¿Has visto prácticas en Estados Unidos que te hayan llamado la atención que debiéramos replicar en Chile?

Si bien California es súper avanzado en miles de cosas, me desilusioné bastante porque pensé que era mucho más avanzado, pero hay dos cosas que me han gustado mucho. La primera es que están haciendo cultivo de algas en la costa para reconstituir los ecosistemas costeros y permitir que a partir desde la flora acuática de las algas vuelva la sanidad en estos territorios y vuelvan a haber moluscos, que tienen un trabajo súper importante en limpiar la costa y luego empieza el micro mundo hacia los peces y eso lo encuentro súper interesante. Lo segundo, es que el Estado de California le da incentivos a los negocios que impulsen la economía local, por ejemplo, si tú tienes un restaurant y compras todas tus frutas y verduras a agricultores locales, orgánicos y el pan que compras para tu restaurant lo hace alguien de aquí mismo; ellos te ayudan a financiar tu negocio para que tu impulses esta economía local. Creo que esa es una forma súper inteligente de ver el mundo, la economía y de entender que la autonomía; en el caso de Chile sería fantástico que fuera así en cada región, en cada ciudad, que la autonomía de los sistemas sociales es muy fuerte y muy positiva.

¿Cuál es tu relación con los animales?

Crecí en Cachagua, era como un campo, teníamos gallinas, patos, chanchos, caballos y siempre han habido perros, que llegan o recogemos. Tuvimos mucho tiempo perros salchichas o longanizas porque eran mezclas de cualquier cosa, pero con pinta de salchicha y me encantan. Siempre nos acompañan a subir cerros, viven bastante en su ley, son compañeros de vida, de paseo, de bañarse en el mar, aventureros, todos recogidos o regalados.

¿Cuál es tu postura frente a la tenencia responsable?

Cuando uno decide tener un animalito, implícitamente uno está decidiendo cuidarlos, hacerse cargo, que todo el círculo que lo rodea sea seguro. Tengo una relación distinta porque nunca he tenido animales en la ciudad, tuve dos gatos, pero son más fáciles de tener en espacios reducidos porque son más independientes que los perros. Creo que los animales son para darle mucho amor, el mismo amor que ellos te entregan de vuelta. En la ciudad no he tenido perros porque hay que dedicarles mucho tiempo, se deben sacar a pasear, tienen que estar felices, lograr correr, así como yo crecí con mis perros. Soy una persona que viaja mucho, que trabaja mucho y jamás tuve el tiempo para tener un perrito, nunca lo tuve por esa razón.

¿Has participado en alguna campaña relacionada con fauna?

Todos los proyectos medioambientales tienen que ver con fauna, inevitablemente, cuando uno dice que está luchando por un río, por un bosque, por el océano, en el fondo lo hace por un ecosistema y todos los ecosistemas naturales son circulares, todo está interconectado y depende uno del otro, sin el bosque no hay pajaritos, sin los pajaritos no hay bosque. Cualquier ecosistema que uno este impulsando cuidar involucra flora, fauna, personas, aire, agua. La naturaleza es circular y no es excluyente, todo involucra fauna y animales.

¿Cómo definirías tu estilo de vida?

Es un estilo de vida muy poco rutinario, con poca planificación, abierto a las sorpresas y al cambio de planes. Más bien no hay plan y siempre conectada con la naturaleza y con la gratitud de lo que tenemos y de lo que siento que tengo de devolver a la naturaleza, a la gente y al Universo.

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